Estimados madrugadores:
La madrugada fue distinta, pues como ustedes deben estar en conocimiento, no se podía hacer misa y por ende, el padre Jorge nos tenía preparada una jornada especial. Además, nos acompañó el padre Robinson.
Como es tradicional, en nuestras madrugadas de Semana Santa, aprovechamos este tremendo regalo de tener dos sacerdotes, para confesarnos en Semana Santa. Muchas gracias a los sacerdotes que nos acompañaron.
Lo que no podía faltar era el desayuno y este, estuvo a cargo de Victor Vera y Marcos Miranda, a quienes les damos sinceramente las gracias por su buena voluntad.
Les abraza fraternalmente.
Pablo Lillo
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